
A menudo, por mucho que te guste (y por muy buena que sea) una canción, un libro o una película, no eres capaz de repetir su escucha, lectura o visionado más allá de una cantidad razonable de veces, a partir de la cual empieza a perder la sustancia (o el interés) que tenía en un principio la obra.
Sin embargo, en ciertos períodos del año vuelves sobre esas pequeñas y deliciosas obras maestras y te vuelven a renovar el espíritu dándote una nueva lección sobre la vida.

Éste es el caso de uno de los clásicos del cine "It's a Wonderful Life". Cada nueva navidad la revisito (casi siempre por casualidad, pues la cinta es carne de parrilla navideña) y me sorprendo a mi mismo soltando una lagrimilla de emoción con ese espectacular final que vuelve blando hasta al más duro de los culturistas de gimnasio. Además, la veo en familia, lo que da un mayor gusto si cabe.
Es una de mis obras maestras preferidas del cine, y tal como señalé en un principio, es una de las pocas que puedo revisionar sin miedo al aburrimiento pues la disfruto tanto como la primera vez.
Como dato curioso, decir que estas Navidades me cuadró de verla en versión original subtitulada en la TVG2, cosa que se agradece pues hay pocas cadenas que se atrevan con el inglés en su programación y que sea la autonómica gallega me enorgullece. Esto me afirma en mi creencia de que inglés y gallego son perfectamente compatibles y necesarios (tanto en enseñanza como en cultura y medios de comunicación) y que se pueden promocionar los dos al mismo tiempo. Es más, pienso que el hecho de que se promocione el inglés junto con el gallego favorecerá la supervivencia de nuestro idioma gallego tan querido. Pero bueno, esto podría dar para más de un debate.
Si tenéis la ocasión, os recomiendo encarecidamente su visionado. La disfrutaréis sin ninguna duda!!
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