Las gestiones del caso Prestige siguen coleando y darán mucho que hablar en los próximos días. El problema es lo de siempre: los políticos tratan de salir indemnes de la forma que sea de sus errores. Mientras unos dicen que todo es perfecto y que vivimos en un país maravilloso, los otros se empeñan en dejar al gobierno a la altura del betún. Da igual el gobierno que sea y quien esté en la oposición. Pero señores, por favor, con estas cosas no se debería de jugar al gato y al ratón. Sin embargo, aquí parece que el que reconozca sus errores es tonto del bote.
REPORTAJE PERIODÍSTICOPues eso, más leña al fuego y a seguir tratando de hacernos pasar por gilipollas a la gente de la calle. A la que limpió las playas de chapapote. A la que vio "in situ" el mayor desastre medioambiental de la historia de España. Digan lo que digan y sentencien lo que sentencien, alejar el Prestige de la costa NO ha sido la mejor decisión en su momento. Decir lo contrario es un insulto a la inteligencia humana. Y claro, lo peor de todo es que mucha gente se lo cree y se autoconfirma en sus "verdades políticas" porque una sentencia judicial suena a palabras mayores. Por favor, esto es de pena.
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